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Selección de textos

 

Ana Rosa Rivera Marrero crea objetos, dirige performances y diagrama instalaciones para incitar pensamiento. Sus acciones (en performance o en vídeos) y sus esculturas-objetos son dispositivos de cambio como de provocación. Esta joven artista ha generado una estética imprevista, muy propia, valiéndose de materiales más diversos —resina, fibra de vidrio, látex, porcelana, telas metálicas, maderas torneadas, tejidos en general— además de tácticas escultóricas tales como mecanismos de control remoto, jarras de cerámica, y vestidos de material sintético. Con dichos materiales, la libertad de su vocabulario plástico entra en sintonía con la trasgresión constante que exhibe ya sea de las fronteras entre los medios, el desenfado en el uso de cualquier material u objeto o bien en el reordenamiento de conceptos. En un entorno tan conservador como el de Puerto Rico, la abierta confrontación que se establese con respecto a su formación como escultora salta a la vista especialmente en la manera tan conflagrada y maleable en que trabaja sus materiales. En términos de concepto y concepción, a Ana Rosa Rivera le interesa fusionar el tiempo-espacio. En una misma pieza puede hacerse referencia tanto a los acontecimientos inmediatos de su ciudad o de su país así como también a instancias de la historia del arte nacional —según se ejemplifica en la performace-instalación Palanganas (2001)—.

La artista se presenta en la Trienal Poli/gráfica de San Juan con una nueva fase de su obra A Esop a Ekirts (inversión fonética de la frase en inglés “echate una pose...!”: “Strike a pose...!”) “Strike a pose”, a su vez, involucra el quedarse inmóvil, tranquilo (el ser un modelo dócil para que un artista pinte o esculpa). Tomando en cuenta que Puerto Rico es una colonia, todo ello remite a implicaciones de docilidad en la crianza del colonizado y, como consecuencia redoblada, de las mujeres subyugadas. Ana Rosa Rivera se refiere a la frase idiomática “buscar tu expresión”, “logra tu libertad”, “asumir una pose”. Es allí, un entretejido como éste, donde la artista se encuentra más a sus anchas. La arquitectura es para ella una extensión. La versión original de A Esop A Ekirts consistió de una serie de capiteles, en madera torneada y suspendidos del techo, cuyo fuste eran cuatro jóvenes fungiendo de “cuatro cariátides con sus cuerpos pintados simulando madera, cubiertos con vestidos que elaboré con materiales industriales”.  La artista especifica:  “Los cuatro capiteles tienen la forma de unos sellos  gigantes, los cuales tejí con patrones aprendidos con mi abuela haciendo referencia a dos cosas: al calado utilizado en la ropa (encaje de Bruselas o ‘de bolillo’ o ‘mundillo’ como se le conoce en Puerto Rico) y a los calados u ornamentos arquitectónicos.1...

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1Ana Rosa Rivera dialoga con la curadora Margarita Fernández sobre A Esop A Ekirts

 

Fuente: Trienal poli/grafica de San Juan: América Latina y el Caribe, Margarita Fernandez, catálogo de exposición Trienal poli/grafica de San Juan: América Latina y el Caribe, San Juan, PR. 2004